Ensayo
TERAPIA PSICOMOTRIZ: JUEGO Y REGRESIÓN
Mtra. Beatriz Adriana Pérez González
En La terapia psicomotriz, y coincidente con lo planteado por Lacan, se reconoce que en el ser humano, (Fages, 1973), se implican tres registros: lo real (conjunto de las cosas, de los objetos), lo imaginario y lo simbólico. La relación imaginaria es una relación dual de identificación (con la imagen, la madre, las cosas). En virtud de su ingreso en el orden simbólico, el sujeto adquiere un tercer registro, puede nombrar las cosas, tomar distancia respecto de ellas.
Los pacientes que reciben un tratamiento psicomotor, no solo presentan alteraciones motrices, muestran también perturbaciones en la imagen corporal, en lo emocional, en la constitución y constructividad de su cuerpo, perturbaciones tónicas, perceptivas, motrices, que van condicionando su vida de relación y que dificultan y obstaculizan los procesos de simbolización en el cuerpo de un sujeto deseante.
La terapia psicomotriz posibilita un espacio en el que se favorece “un retroceso a un estado anterior de las relaciones objetales, de la organización del yo, de las pulsiones, etc., como para significar un estado de desintegración en el que se presentan elementos correspondientes a distintas fases evolutivas (Coderech, 1987, 27).”
Un espacio en el que la actividad y el juego espontáneo brindan al paciente la oportunidad de manifestar libremente su deseo y sus posibilidades, juego en el que se distinguen diversos modos de regresión que permiten al paciente volver a escalas que fueron puntos de fijación en las etapas anteriores, donde ha tenido mayores dificultades o la mayor seguridad y satisfacción, que le permiten recordar, repetir y reelaborar vividamente, en una experiencia del aquí y ahora, el drama infantil que ha conducido a la formación de los síntomas, influyendo en las representaciones de objetos y en el contenido de las fantasías.
Si tomamos en cuenta que la terapia y la cura operan mediante la restitución de las cadenas asociativas que sostienen los símbolos hasta el acceso a la verdad del inconciente, la regresión confirma su importancia esencial manifestándose no solo como un elemento propio y exclusivo del psicoanálisis y de los sueños. “También el recordar deliberado y otros procesos parciales de nuestro pensamiento normal corresponden a una marcha hacia atrás {Rückshreiten} dentro del aparato psíquico desde algún acto complejo de representación hasta el material en bruto de las huellas mnémicas (Freud, S. 1900, 536).” Una reanimación de la infancia, de las mociones pulsionales que lo dominaban entonces y de los modos de expresión de los que disponía.
Lapierre (1997) nos dice que “el juego en su dimensión regresiva constituye un medio de comunicación entre lo Conciente y lo Inconsciente, un espejo en el que se reflejan al mismo tiempo, los comportamientos de la vida cotidiana y los conflictos inconscientes que subyacen. En dicho espejo se superponen la realidad y lo imaginario y se encuentran las dos partes de la personalidad normalmente separadas por la escisión del yo (181).”
El papel de la regresión a nivel transferencial en terapia psicomotriz es esencial, sin ella no seria posible la actualización de los conflictos, ansiedades, temores y fantasías infantiles. Por otro lado es importante mencionar que una profunda regresión hace preciso un yo suficientemente fuerte para soportarla, aun cuando, en algunos casos se puedan realizar tratamientos en personalidades muy frágiles, aun a sabiendas de que, muy posiblemente, durante el curso de la terapia psicomotriz se producirán algunas crisis psicóticas.
La diferencia entre lo que ocurre en el sueño y lo que tiene lugar en el espacio de psicomotricidad reside en que, en ésta, hay una parte del paciente que no sufre los efectos de la regresión, puede actuar como observador de sí mismo y colaborar con el psicomotricista en el esclarecimiento y comprensión de los elementos inconcientes de manera disfrazada y difícilmente comprensible, que han alcanzado la expresión verbal y/o corporal.
En este ambiente regresivo es importante no olvidar que el nivel de regresión alcanzado no debe impedir el libre funcionamiento de un yo capaz de colaborar con el psicomotricista, observar, comunicar y comprender las explicaciones que reciba. De lo contrario la transferencia establecida no es utilizable y al no poder ser entendida por el paciente transcurre como un fuego vano, lucrativo solo para interpretaciones académicas e intelectualizadas de las que el paciente se halla ausente.
En conclusión, la regresión es un fenómeno indispensable en la terapia psicomotriz ya que al sucederse permite al psicomotricista observar los conflictos intrapsíquicos hasta sus más profundas raíces y apoyar al paciente a resolverlos acompañándolo en este recordar, repetir y reelaborar para lograr una reestructuración de la personalidad. El papel del psicomotricista “es enseñarle al analizando a traducir por sí mismo, en su vida cotidiana, las analogías que su inconsciente introduce en sus vivencias (Lapierre, 1997,81).”
Bibliografía
Coderech, J. (1987) Teoría y técnica de la psicoterapia psicoanalítica. Barcelona: Herder. (2005)
Fages, J. (1973) Para comprender a Lacan. Buenos Aires: Amorrortu.
Freud,S. (1900) La interpretación de los sueños(segunda parte).Regresión. Buenos Aires: Amorrortu
Lapierre, A. (1997) Análisis corporal de la relación. España: Desclée de Brower, S.A.