CIES La Revista de Psicomotricidad
  USO Y ABUSO DE LOS INSTRUMENTOS PARACLÍNICOS EN LA SALUD MENTAL. Mtro. Luis Trejo González
 

Conferencia.

 

USO Y ABUSO DE INSTRUMENTOS PARACLÍNICOS EN LA SALUD MENTAL.

 

Mtro. Luis Trejo González.

 

La relación terapeuta-paciente es la piedra angular de nuestra práctica profesional, en esta relación existe un proceso de comunicación en el que la entrevista es el principal instrumento utilizado por el trabajador de la salud mental para conocer al paciente y la naturaleza de su proceso y que nos debe llevar a obtener información válida y confiable. El diagnóstico, el pronóstico y el tratamiento lo basaremos entonces en los datos obtenidos por esta entrevista, con el examen físico, pruebas clínicas y cualquier otro recurso de examinación.

 

El término prueba psicológica abarca una amplia extensión de actividades y funciones: evaluación vocacional, de personalidad, intelectual y neuropsicológica, la que actualmente se ha vuelto tan especializada que incluso requiere de capacitación en el nivel de postgrado. Las pruebas psicológicas son instrumentos de medición que nos permiten conocer, describir y comprender a un individuo. Algunos teóricos las definen como “… una situación experimental estandarizada que sirve de estimulo a un comportamiento. Tal comportamiento se evalúa por una comparación estadística, respecto a otros individuos colocados en la misma situación, lo que permite clasificar al sujeto examinado, ya sea cuantitativamente o tipologicamente”

 

De acuerdo a su diseño, podemos clasificar las pruebas psicológicas en 2 grandes áreas: las psicométricas y las proyectivas. Las primeras son aquellas cuya puntuación se puede producir de forma mecánica, las segundas contienen precisamente la “proyección” de la manera en que el paciente percibe la vida, su significado, su importancia, sus patrones y en especial sus sentimientos. Las respuestas no son fijas y existen diversos sistemas de calificación para cada prueba.

 

En todos los casos las pruebas deben contar con dos aspectos básicos:

 

Confiabilidad: Es decir, sus resultados son estables o consistentes en aplicaciones subsecuentes.

 

Validez: Si realmente mide lo que sus autores establecen que se mide, por lo que no deberá relacionarse con otros conceptos.

 

Como resultado de la validez y confiabilidad adecuada, se puede obtener la ESTANDARIZACIÓN de un instrumento, lo que va a significar que las diferencias en las respuestas podrán ser atribuidas a las diferencias de quienes las responden. La estandarización uniforma desde el proceso de administración, los estímulos de la misma hasta la evaluación de la prueba.

 

Otro punto que debemos destacar es la aplicación. Actualmente los directivos de empresas o encargados que se dedican a aplicar pruebas dejan a cargo a personas sin conocimiento ni formación adecuada. Hay que señalar de forma particular los esfuerzos por remediar esta situación desde la American Psychological Association (APA), la American Educational Research Association, el National Council on Measurement in Education (NCME) y la mayoría de los editores de pruebas, quienes formaron en 1988, el Comité Conjunto sobre Prácticas de Pruebas, surgiendo así el “Código de Prácticas de Pruebas” (Cohen y Swerdlik, 2001), el cual establece una serie de normas relacionadas con el diseño, la evaluación, la aplicación y el uso de las pruebas, delineadas en cuatro áreas:

 

  • Elaboración y selección,
  • Interpretación de puntuaciones,
  • Esfuerzos por la imparcialidad, e
  • Información a quienes responden la prueba.

 

 

Dicho código señala que todo elaborador de pruebas debe de proporcionar la información necesaria que se requiere (qué mide, utilidad, limitaciones, niveles de validez y confiabilidad, etc.), para que el evaluador pueda seleccionar la prueba más adecuada (Cohen y Swerdlik, 2001). Además, Cohen y Swerdlik destacan pautas para la selección de las mismas, los esfuerzos por hacer pruebas que sean imparciales para quienes respondan y las informaciones que deben ser proporcionadas.

 

Lo anterior habla de que existen métodos y formas que le dan el sustento teórico suficiente y adecuado a estas herramientas de gran valía, sin embargo, existen dos aspectos importantes que al descuidarse propician su empleo inadecuado:

 

  1. La capacidad profesional.
  2. La Ética Profesional.

 

En relación con la capacidad profesional, podemos citar que con frecuencia se pasan por alto diversos componentes teóricos de la Psicometría y de la Evaluación con Técnicas Proyectivas eliminando o reemplazando elementos fundamentales de forma indiscriminada.

 

En el ejercicio profesional nos hemos encontrado con una serie de errores relevantes en la aplicación de estos instrumentos:

 

1.      Antes de la entrevista y a efecto de “facilitar el diagnóstico”, se remite al paciente para la aplicación de una batería de pruebas, y aún algo mas grave, las pruebas son utilizadas como único método diagnóstico.

 

2.      En diversas instituciones, se aplican pruebas “para llenar el expediente”, las cuales en la mayoría de las ocasiones no tienen un motivo real para aplicarse.

3.      Las pruebas son aplicadas por personal administrativo como secretarias o recepcionistas, incluso, estas mismas personas califican pruebas psicométricas o evalúan pruebas proyectivas.

 

4.      Debido a la falta de actualización o incluso por carencia de los elementos necesarios, se utilizan medidas o baremos de estandarización de poblaciones ajenas o que tienen una antigüedad mayor a los 20 años.

 

5.      Práctica común es la aplicación de las pruebas sin la presencia de las condiciones de administración estandarizadas, como ocupar pluma en vez de lápiz, que si es prueba de administración individual se realicen en forma colectiva, etc.

 

Bastante se ha documentado que la Competencia, la Integridad, la Responsabilidad Profesional y Científica, la Dignidad y el Respeto por los Derechos Humanos y la Responsabilidad Social son elementos fundamentales del ejercicio profesional, sin embargo y debido a la falta de instancias jurídicas (al menos en México) son aspectos poco observados.

 

En el nivel de las conclusiones señalemos las siguientes:

 

  1. Debemos considerar que las pruebas en la Psicología son instrumentos AUXILIARES y debemos usarlos como tales.

 

  1. Los resultados de una batería de pruebas no debe estar basado en una puntuación o perfil obtenido, sino en la interpretación que se haga de estos datos.

 

  1. Que a pesar de la estandarización y uniformidad en el empleo de estos instrumentos, estos procesos tienen límites y que la interpretación dependerá de quién la efectúe.

 

  1. La comprensión de salud y enfermedad debe quedar clara para el examinador, ya que en múltiples ocasiones “diagnosticamos patología” donde no la hay.

 

Esta información debe ser conocida por los psicólogos y los profesionales de la salud mental y así comprometerse a usar sus conocimientos y herramientas para el beneficio del paciente, haciéndose así responsable del uso y del alcance de este tipo de instrumentos.

 


Bibliografía

ClinicaPsi.com. (s.f.). Test psicológicos. Recuperado el 10 de noviembre de 2005, de http://www.clinicapsi.com/test.htm

Cohen, R. y Swerdlik, M. (2001). Pruebas y evaluaciones psicológicas: introducción a las pruebas y a la medición. México: Mcgraw-hill.

Trejo, L. (2005) Uso y abuso de los instrumentos paraclínicos.  Conferencia. Congreso Mundial de Psicomotricidad. Postmodernidad y Psicomotricidad. México.

 

CONTACTO: jltglz@hotmail.com

 
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